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La mochila de montaña: consejos esenciales para trekking y senderismo

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Si hablamos de objetos que acompañan a cualquier persona aventurera durante gran parte de su vida, la mochila es sin lugar a dudas, uno de los más indispensables e importantes. Amiga inseparable que a menudo cargaremos durante largas y felices jornadas, días e incluso semanas o meses. Como dice el título, en este artículo vamos a hablar sobre la mochila de montaña, principalmente en tus actividades de trekking o senderismo.

Es importante que cumplan ciertos requisitos, pero sobre todo, que se adapten a nuestras necesidades y actividades que vamos a realizar. Sería absurdo cargar una mochila de 40 litros con porta piolets, porta esquís, casco… para realizar un trekking sencillo de una jornada en verano y además, sería un gasto completamente innecesario.

Elegir el material en función de nuestras actividades y necesidades nos puede ahorrar todo eso. Siempre teniendo en cuenta que no existe una mochila para absolutamente todo.

Partes y características principales

Actualmente existen en el mercado docenas de marcas distintas y cada una de ellas con una amplia gama de mochilas de todos los tamaños y colores. Para elegir una, vamos a empezar por lo fundamental, es decir, para qué quiero la mochila? Que actividad voy a realizar? Cuantos días y qué material necesito llevar?. Una vez tengamos claro esto podremos empezar a reducir la búsqueda de nuestra mochila ideal.

Hay un amplio rango de capacidades de carga, generalmente las mochilas «de ataque» son aquellas que no superan los 30 litros y están diseñadas para una jornada, llevando lo necesario para hacer o «atacar» cumbre, de ahí su nombre.

Para travesías de dos, tres o incluso cuatro días, una mochila de no más de 55 litros debería ser suficiente para cargar todo lo necesario, incluido saco y material para dormir, utensilios de cocina, ropa de recambio etc.

A partir de ahí podemos encontrar mochilas de 65, 70 o incluso 80 o 100 litros pensadas para cargar mucho material o expediciones. Cuanto más ajustemos la capacidad a nuestras necesidades, más peso innecesario nos ahorraremos en la mochila.

Eso si, hay que evitar dejar cosas esenciales en casa por falta de capacidad o al contrario, cargar cosas innecesarias únicamente porque nos sobre espacio y «porsi» acaso esto y «porsi» acaso lo otro.


Mochila de montaña y sus partes.

La imagen de arriba, nos dice las partes básicas que tiene una mochila, aunque hay más, esas son las principales.

La mayor parte de la carga debe reposar sobre el cinturón lumbar, aproximadamente un 70% del peso, para de esta manera, aliviar la carga en nuestros hombros. Por esto es importante que sea confortable y envuelva bien la cintura, especialmente en las mochilas de mayor capacidad.

De igual forma, las hombreras deberán resultarnos cómodas y que sean de material transpirable nos vendrán muy bien. La cinta pectoral nos ayudará a mantenerlas en su lugar y ganar estabilidad en la carga.

Un respaldo con buena ventilación y hecho de materiales que permitan la transpiración será de gran importancia, ya que es la zona de mayor superficie pegada a nuestro cuerpo y más importante aún cuando se trata de climas cálidos o verano.

A mayores de esto, la mochila puede contar con correas laterales para fijar carga, porta bastones, porta piolets, porta esquís, porta casco, compartimento para pala y sonda y un largo etc que escogeremos en función de la actividad.

Regulación de la mochila

Para una correcta regulación de la mochila, primeramente deberemos cargarla con todo lo que vamos a llevar para la actividad. Posteriormente se deben aflojar todas las cintas y correas, tanto del cinturón lumbar como las de los hombros y pecho.

Una vez hecho esto, es mejor colocar la mochila en un lugar elevado, como una mesa y ponérsela inclinándose ligeramente hacia adelante para regular el cinturón lumbar en primer lugar. Una vez lo hayamos ajustado correctamente , podemos regular los hombros, sin apretar en exceso, que permitan el movimiento.

Por último hay que regular la cinta pectoral que mantendrá las hombreras en su lugar evitando que la mochila se mueva en exceso y trasmita la carga indebidamente.

Hoy en día existen modelos específicos para mujer que se adaptan mejor a su fisonomía. Suelen tener hombreras más estrechas, un cinturón lumbar diseñado para adaptarse a la forma de la cadera más ancha, y un respaldo más corto para el tronco.

Y es que una buena aventura empieza desde el momento en que comienzas a planificarla y la elección correcta del material es una parte importante de la planificación.


Más sobre la mochila y que llevar en ella, en la página de la Federación Española de Montaña que te dejo en este enlace.

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«La cima es la mitad del camino.»

Ed Visteurs

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